Sueños...

Hace un tiempo soñé tener una casa con terreno para poder sacar a los gatos de la colonia de la calle. Era algo imposible de conseguir y sólo podía pasarme los días imaginando como sería tenerlos cerca y cuidados.


En marzo del año pasado parte de ese sueño se cumplió y conseguí alquilar una casa con terreno, entonces aquel sueño empezó a ser una realidad. Gracias a algunas personas conseguí arreglar un poco toda la zona donde ellos harían su nueva y tranquila vida: pudimos comprar verjas, nos regalaron una caseta de madera que sería donde ellos podrían estar calentitos y tranquilos, rascadores, juguetes, montones de mantas…

Habíamos quedado con el ayuntamiento que nos ayudaría con la esterilización, pero aquel favor acabó rápido por razones que ya conté en su día y que ahora no vienen al caso. Después de 3 gatos gratis nos tocó pagar varios ingresos, y más esterilizaciones. Pero por desgracia tuvimos que parar unos meses, el dinero no da para mucho y para hacer las cosas a medias era mejor no moverse un tiempo.
Ahora habíamos retomado el tema, todo parecía más tranquilo y no queríamos que las gatas volviesen a parir en verano; iríamos pagando todos los gastos nosotros y con la ayuda de los padrinos.

En charlas de gente que controla colonias de gatos, en revistas… siempre ves casos de enfermedades: gatos con leucemias, gatos inmunes… Y siempre pensaba que era una putada que hubiese colonias con gatos enfermos porque en muchos casos no puedes hacer demasiado por ellos, son salvajes y no puedes ayudarles. Y como pasa con cualquier desgracia, “eso sólo le pasa a los demás”.

Pero no, eso nos puede pasar a todos, y aquí está pasando.

El sueño de poder juntarlos a todos se ha acabado.

Hace una semana perdimos a un peque con leucemia, ahora Flemón después de capturarlo y poder curarle una herida, es inmuno.

¿Y ahora? Ahora no sé…

Ahora te quedas mirando al vacío pensando en qué va a pasar, pensando que seguramente lo mejor sea volver a dejarlos en su colonia, esterilizarlos pero dejarlos aquí de nuevo.
Cuando empeoren de su enfermedad desaparecerán, como ya ha pasado algunas veces pero ahora mismo no se puede hacer más.
El sueño de una vida de cuento para estos gatos ha cambiado, algunos tendrán que seguir enfrentándose a la calle, a su suerte y a enfermedades. Estaremos cerca de ellos, pero no como imaginé hace un tiempo.

En cualquier caso, hay algo que no ha cambiado ( mas bien al contrario, se ha fortalecido,) y es que, cuando ahora veo en los ojos de algunos esa mirada que, en letras mayúsculas, dice: “GRACIAS”, estoy más convencida que nunca de que no les voy a fallar. Sé que muchos se irán para siempre y no los veré irse; a otros los acompañaré en ese último trance; sólo una minoría podrá venir a casa con sus familia, pero a todos, a absolutamente todos les voy a dar todo lo que pueda y más. Se lo debo, porque gracias a ellos soy mejor persona.