jueves, 22 de septiembre de 2011

Hablemos con franqueza

Hoy veíamos el discurso de Gary Yourofsky (más abajo tenéis el enlace)
... Cuánta razón... Este hombre debería ir a todas las empresas, universidades y casas del mundo entero.

Si tenéis 1 hora, por favor, vedlo. No voy a hablar de que quienes coméis carne hacéis mal o bien. Quiero hablar especialmente del trato a los animales...
Estas últimas semanas están siendo duras, muy duras. Yo puedo aguantar mil sermones sobre mí, sobre lo borde, contestona y radical que soy. Puedo aguantar lo que sea que me venga encima, porque francamente, el 98% de las veces, ¡me resbala!
Pero cuando atacan a los animales, a 'mis' gatos... Eso sí que no. Y más cuando no hay una verdadera razón, cuando no hay argumentos, eso sí que me toca los cojones a más no poder. Y ahora estamos en esa situación, de ataque a esos gatos que llevamos cuidando años, gatos a los que nosotros queremos más que esa gentuza a sus hijos, gatos que intentamos salvarle la vida con los pocos recursos que tenemos...

Y que ahora me vengan a tocar los cojones... Me cago en su puta vida...

En este discurso, Gary, hablaba de los niños, ¿qué nos pasa en la adolescencia?
Mi sobrino hará 3 años en diciembre. Sorprendentemente desde que era un renacuajo ha tratado a los animales de una manera sorprendente. Jamás le he tenido que explicar que a los gatos no se les tira del rabo, ni de las orejas; a los perros le metía la cabeza en la boca para ver qué era aquello que hacía tanto ruido...
Tiembla cada vez que ve o toca a un gato y el último día Trasto le dio un guantazo. Pues no se enfadó con él. Tuvo la misma reacción que tiene Ewok cuando recibe el mismo guantazo, se apartó con cara de pena y ya está. Minutos más tarde dijo "Trasto no es malo, es "beno" "
Traslademos esta situación a una persona adulta que no suela tratar con animales. Le mete tal guantazo al gato que lo clava en la pared.

Algo nos pasa en algún momento de la vida que nos volvemos malos, egoístas. Ese es el momento en el que los animales pasan a ser objetos, comida o ese animal que te compras para tenerlo en casa porque los hijos te lo piden.

¿Qué nos pasa? ¿Por qué no nos paramos a pensar en ellos?

¿Por qué la gente cree que esa gata que está en la calle tumbada viene a molestar?  Esa gata tiene hambre, sed, frío... Esa gata seguramente sea una consecuencia de un abandono hace años de quizá, su madre.
Esa gata no está ahí porque le encante. A ella le gustaría estar tranquila en un sitio tumbada al sol, con comida a su disposición todo el día, con agua fresquita... Pero quizá no puede.

Esa gata a ojos de un pequeñajo de 3 años es otro ser al que darle cariño.
Esa gata a ojos de un adulto es un estorbo y un asco.

Asco es lo que me dan todos los humanos que no respetan al resto de animales.
Asco es lo que me da la gente que sólo tiene ojos para ellos mismos.
Asco es lo que me da la gente comepollas.



1 comentario:

  1. Veo que las cosas, lejos de mejorar, empeoran. No entiendo cómo la gente, simplemente viendo vuestro desinteresado trabajo con los gatos, no ha aprendido nada. ¿Cómo puede ser que esas personas no tengan, al menos, la curiosidad de acercarse un poco a su mundo para ver cómo son en realidad? ¿Por qué se quedan en absurdas ideas preconcebidas y en actitudes cerradas, con todo lo que esos pequeños les pueden aportar a sus grises vidas???
    Yo soy de los que tiene una paciencia casi infinita, pero entiendo que intentar hacer pedagogía con según quien, es pregonar en el desierto.
    De todas maneras, si no les gustan los gatos, al menos se podrían limitar a dejarlos en paz. Que yo sepa ellos jamás les han pedido nada.

    En cuanto pueda veré el video, tiene pinta de ser muy interesante.

    Ánimo!!!

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