Óscar, un peque en casa

Como ya adelanté en la entrada anterior, Óscar llegaba a casa.
Su situación al recogerlo y alguien relacionado con mi infancia me hizo ponerle ese nombre. Algo que no voy a explicar por aquí, les unía :-)

Este pequeñajo es hijo de la Siamesa, lo conocimos hace 1 mes, con aquellas lluvias pesadas que no nos dejaron ver la luz del sol en días.
Siempre he dicho que con las lluvias siempre nos aparecen nuevos gatos, y aquí estaban, él y su hermana (que aún sigue en la colonia). Al ser ya algo grandes desconfían de nosotros, y es una pena, porque Oscar tiene una cara de achucharle increíble!
Él ahora sólo quiere estar con gatos, llama a todo el que pasa por su lado y ayer al tumbarse en el mismo canasto con Pancheta empezó a hacer croquetas como loco. Pero los humanos ná de ná, ni pizquita de gracia!
Esta mañana con sus llantos ha conseguido que Salchicha vuelva a casa. La lista consiguió abrir la gatera de la puerta hace unos días y escaparse y hoy al escuchar al pesaico llorando ha venido.
En un momento de despiste la he conseguido meter en la caseta otra vez y ahora, o se han suicidado o se han calmado. Después de un ataque de trepar por toda la jaula se han ido dentro de la caseta. Esto me ha crucificado de por vida, Salchicha me odiará!

El 'problema' de estos gatos es que son muy melosos y a la que se conocen se dan cabezazos unos con otros, y aquí han dado con los okupas del vecino, que son sosos a matar! Así que, poco a poco...

Ahora sólo queda esperar a que nos toque la lotería y hacer otro duplex gatuno al lado, que hace frío y sólo hay caseta para los nuevos.
(esto último era publicidad subliminal, porque tenemos lotería de Kan Chispis, ¿lo sabíais? :-P )