jueves, 8 de mayo de 2014

La preciosa Senda, ¡adoptada!

Cuando sacamos a Senda de la calle casi no me dio tiempo a verla. Fue a la clínica veterinaria directa y al día siguiente la recogí.
Al abrir el transportín vi pasar un rayo negro, no vi más. Se metió debajo de la cama y ale! Ahí se quedó.
Con los días y a base de algunas charlas y chantajes de chuches empezó a salir una cabecita, al día siguiente medio cuerpo, y días después toda una gata. Carey, de pelo largo, preciosa. Con la mitad de la cara perfectamente dividida en dos colores.

Senda tenía una mirada tan bonita, unos andares tan elegantes y suaves… Me enamoré de ella.

Con las visitas que iba teniendo vi que no le hacía mucha gracia el resto de humanos, no quería ver a nadie y sólo salía si estábamos las dos a solas. “Difícil adopción” pensé.
Cómo se va a creer la gente lo que yo decía si no la conocían. Cómo arriesgarse a llevarse una gata cariñosa si ellos sólo veían una sombra debajo de la cama…
Estaba claro que se llevaba bien con gatos, que le encantaba la compañía de más peludos, y llevarse bien con humanos era sólo cuestión de tiempo.

Cuando los padres actuales de Micky vinieron a conocerlo también venían con la intención de conocer a Senda. Y una vez con Micky adaptado en casa (3 minutos después de llegar :-D) íbamos hablando de Senda, de cómo estaba, de qué pasaría si volvía a encontrarse con Micky…
Total! Que dos semanas después Senda volvía a encontrarse con Micky y firmábamos su adopción!!!

Para nuestra sorpresa y alegría se adaptó mucho más rápido de lo que pensábamos! El reencuentro fue de lo más bonito, Micky se tumbó a su lado durante un rato sin hacer nada, quizá eso la relajó y supo que en esa casa estaría como en ninguna!


No podemos tener más que buenas palabras y agradecimientos con esta familia! Por aguantar a Micky y por entender a Senda. Adaptándose a todo! Jejeje

Ya sólo desearos desde aquí que seáis muy muy felices los cuatro!